Huesca sin gluten. Jornadas sobre Celiaquía 2014

Imagina un lugar donde el que los bares tengan cerveza sin gluten sea lo normal, donde se pueda tapear sin gluten, un lugar donde no sea necesario llevar un mapa con los restaurantes señalados, un lugar donde se pueda comprar churros o gofres en un puesto ambulante en la calle, un lugar donde celiaco sea el primo, el hermano, el vecino o el cocinero del bar de la esquina. Pues ese lugar existe y se llama Huesca. 

Para descubrir este paraíso sin gluten, junto a otros bloggers recibí una invitación para participar en la Jornada Especializada en Enfermedad Celiaca y Dieta Sin Gluten. De corazón que me ha impactado la variedad de opciones sin gluten y sobre todo la normalidad con la que se vive la enfermedad celiaca. A ver si puedo transmitiros lo que viví... (y comí).


Tapeando por Huesca 

  • Hotel Pedro I de Aragón
La primera actividad por la mañana fue muy dura, nos llevaron de tapeo y cerveceo sin gluten por Huesca. Primera parada en el Hotel Pedro I de Aragón donde el su director Ángel Guerrero nos contó que el personal del restaurante está más que acostumbrado a cocinar y servir a celiacos, pues rara es la boda, comunión o servicio de cenas en el que no haya varios celiacos a los que dan estupendamente de comer. De hecho, el propio director también es celiaco. 

Nos invitaron a probar su tapa de patata crujiente rellena de setas y abadejo, que estaba buenísima, junto con una cerveza ambar sin gluten. 


  • Dommo
La segunda parada fue Dommo, un restaurante muy dinámico donde el menú lo diseñan cada día en función de los mejores productos frescos de que disponen, logrando propuestas muy originales. El cocinero y propietario Jose Pueyo nos abrió su cocina y rodeados de cazuelas que hacían chup chup nos contó cómo fueron sustituyendo los ingredientes con gluten por otros reduciendo el riesgo de contaminación cruzada y así poder ofrecer una gran variedad de platos y tapas sin gluten. 

Estando en su cocina, a Lourdes le entraban ganas de ponerse a cocinar y a mí de probarlo todo. Nos ofrecieron dos tapas (o raciones por el tamaño de las mismas), un lingote de ternasco con vino tinto y humo de leña y otra tapa de tataki de atún. Me encantó el atún con ese toque asiático pero elaborado con vino tinto de la tierra. 


  • El Origen
La última parada fue el restaurante El Origen donde Oscar Viñules nos recibió en su cocina, en pleno servicio y parece mentira pero la cocina estaba impoluta y perfectamente ordenada. De hecho nos explicó como tienen organizado el espacio para ser ágiles y controlar la contaminación cruzada

Su tapa fue un bacalao confitado con bizcocho de morcilla y helado de pimiento. Alucinante, me encantó la combinación de sabores y texturas. Por supuesto, lo acompañé de otra cervecita sin gluten, que no faltó en ninguno de los sitios visitados.

Estos restaurantes demostraron que para cocinar sin gluten el equipamiento más importante es la información y formación del personal.
Caminando entre tapa y tapa, me llamaron la atención dos cosas: por una lado que lo normal es que todos los bares tengan cerveza sin gluten y por otro que no todos los restaurantes y bares tenían el logo “sin gluten” en la puerta pese a que según nos indicaban uno tenía tapas, en aquel se come muy bien, en este sin problemas… y me decían que no había logos porque el que ofrezcan opciones sin gluten es lo normal

Con la tripa llena nos dirigimos al restaurante del Hotel Sancho Abarca, donde después de la entrega de premios de la Asociación Celiaca Aragonesa entre otros a Mateo Sierra de Master Chef, nos dieron nuevamente de comer. Y no lo pusimos fácil, pues algunos además de celiacos somos intolerantes a la lactosa y alérgicos a diferentes alimentos.


Mesa redonda y feria de productos 

Después de apenas media hora para descansar nos dirigimos al Centro Cultural para participar en una mesa redonda sobre normalización de la enfermedad celiaca

Nada más llegar, en la calle vimos un puesto ambulante. Amaya y yo decíamos: ¿Será la Churrería A Bocados que vimos en facebook? ¿Churros sin gluten? Justo entonces se encendió la luz y la churrería comenzó a abrirse. Como en una película ante nosotros apareció una churrería de toda la vida con un logo enorme de la espiga barrada. Y sí, aplaudimos y nos pusimos con el hocico pegado como un par de críos. ¡Mi vida por un churro artesano recién hecho! Probamos los churros de chocolate y nos fuimos a participar en la mesa redonda, no sin antes asegurarnos que a la salida aquella maravilla churrera seguiría allí. 

En la mesa redonda sobre “normalización” los blogueros invitados contestamos a las preguntas de Juan Carlos García, presidente de Face Joven. Hubo una pregunta de un señor del público que en el momento no entendí (serían las cervezas, los nervios o la emoción del churro), y que se mostraba sorprendido porque yo había comentado que cuando me diagnosticaron a los 30 años la vida te cambia y tienes que adaptarte. A él hacía muy poco que le habían diagnosticado y no compartía esa sensación. ¡Claro! Pensé yo después. Él vive en Huesca, así que seguramente la palabra celiaco no le sonará a chino ni a él ni a su familia, seguramente puede seguir tomándose una cerveza y una tapa en los bares donde ya lo hacía antes. Yo ahora le entiendo a él, y él me entenderá a mi cuando en otro lugar tenga que explicar al camarero, a los de la mesa y a la señora cotilla de la mesa de al lado qué es ser celiaco, qué es la contaminación cruzada.



Al final de la mesa redonda una mujer se acercó a saludarnos, se le notaba emocionada al contarnos que había venido para ponernos cara, que nos lee y que le hacía mucha ilusión. Ahora lo recuerdo y me emociono yo, pues solo con ayudar a una persona merece la pena el trabajo invertido en este blog. 

Junto con las conferencias y talleres (a los que no pudimos asistir por estar zampando) organizaron una zona de exposición y venta de productos sin gluten. Entre ellos había mermeladas artesanales, flores comestibles, panadería y bollería, quesos… 



Churrería A Bocados 

Volvimos a calle y allí seguía a pleno rendimiento la Churrería A Bocados. Me compré unos churros con chocolate rellenos de crema, que no es que estén buenos es que están de muerte, y además una docena de churros normales. Y recalco lo de normales, porque son churros elaborados de manera artesanal, que se fríen en el momento y te los sirven calentitos en un cucurucho con azúcar por encima. 

La propietaria nos contó que su marido es la cuarta generación de churreros y que desde que le diagnosticaron ha trabajado hasta obtener un churro, churro pero sin gluten. Y creedme que lo ha conseguido.


Cenando en La Republique

Por si no hubiéramos comido suficiente, nos llevaron a cenar a La Republique donde la carta prácticamente todos los platos se puede pedir sin gluten. Eso sí, Nuria miró la carta y justo se le antojó el plato que no tiene el logo, pero incluso ese nos lo ofrecieron en su versión sin gluten. Disfrutamos con raciones de caracoles, hummus con berenjena crujiente, ensalada, tostas variadas y ya con el postre no pude, pero había tartas variadas y hasta arroz con leche sin lactosa. Bueno, al arroz con leche sin lactosa sí le metí un buena cucharada del resto se ocupó casi en exclusiva Nerea de EZE.


Aquellos que aguantamos, nos fuimos de marcha por Huesca. Esto también hay que contarlo porque se trataba de normalizar, y vamos que si lo hicimos. De hecho pusimos a un montón de oscenses a bailar la conga en la fiesta de los ochenta de Bendita Rutina, junto con Nuria, los presidentes de FACE y FaceJoven, y Nerea de EZE. Por cierto, en este local tiene chocolate caliente sin gluten.

Paseo y Turismo por Huesca 

El domingo, gracias a Teresa y Pedro de El rincón sin gluten que nos narraron la historia de Huesca y mostraron sus principales monumentos. En la mente de todos se quedó grabado el románico de San Pedro el Viejo, la belleza de la Catedral o la sala de la campana de Huesca (cuidado de no perder la cabeza). 

Del mismo modo, se me ha quedado grabado el gran número de opciones sin gluten que íbamos encontrando con un simple paseo: helados, turrones, bares, restaurantes, tapas… hasta un bar con mención Michelín y la tienda de ultramarinos más antigua que permanece abierta “La Confianza”. Allí me compré unas frutas escarchadas para recordar la infancia y para el roscón de reyes.


Conclusión:

Me invitaron a hablar de normalización y lo que me llevo es la vivencia de lo que es una verdadera normalización. Parece mentira que este paraíso celiaco esté ahí, y no tenga la difusión que se merece. Y no está solo pues toda la provincia y la comunidad aragonesa en su conjunto ofrece cientos de opciones sin gluten que pueden comprobarse en la web Aragón Sin Gluten.

Me ha encantado Huesca y pienso volver... vamos que si pienso volver. Por cierto, hambre no pasamos.


Agradecimientos: 

Referencias al evento en prensa, webs y blogs:



Escrito por Ricardo (Celiaco a los 30)

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